¿Qué es Carne Clasista?

Carne Clasista es una agrupación de minorías sexuales (gays, lesbianas, travestís, bisexuales, etc) que lucha contra la opresión sexual y de género y la opresión social, de clase. Situada desde una corriente del marxismo revolucionario, la lucha de Carne Clasista no se plantea alrededor de la “política de identidad” (limitada sólo a las reivindicaciones puntuales de las minorías sexuales), sino que concibe el fin de toda opresión sexual como inseparable del fin de la explotación de clase y liberación de la humanidad.


sábado, 16 de octubre de 2010

xxv Encuentro Nacional de Mujeres


XXV Encuentro Nacional de Mujeres

Acuerdo entre los agentes del gobierno y la Iglesia contra la movilización por el aborto legal

El PCR, agente de la Iglesia

Por Patricia López
Agrupación Las Rojas

Empecemos por el acto de apertura. Lo primero que dijeron las organizadoras después de la bienvenida ritual fue “El Encuentro somos todas” y “En el Encuentro no se vota”, lo que significa: llamamos a las asistentes a no participar de ninguna asamblea, plenario o mera instancia de coordinación. Luego vino el discurso, donde se reclamó al gobierno por diversas cosas, desde las redes de trata hasta los pesticidas… menos por el aborto legal. Las palabras textuales fueron: “Las mujeres vamos avanzando en el debate sobre el aborto, y muchas queremos anticonceptivos para no abortar y aborto legal para no morir”. Traducimos al castellano este nuevo efluvio nauseabundo del repugnante pantano de diplomacia en las alturas que esta burocracia caradura llama consenso: “Vamos avanzando”… pero todavía no avanzamos lo suficiente; “muchas queremos”… pero no todas; así que no nos podemos pronunciar a favor de la legalización del aborto, y menos exigírselo al gobierno, porque “el Encuentro somos todas”, ¿entendés? “Todas”, por supuesto, incluye a la Iglesia.

Campaña Verde, agente del gobierno

Sigamos por los talleres. Después de Tucumán, no nos asombra ver actuar al PCR de la mano de la Iglesia. Lo nuevo de Paraná fue el acuerdo pampa del PCR con la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto. Recordemos que en Tucumán la Iglesia invadió los talleres de “Estrategias para la legalización del aborto”, templo feminista donde las católicas nunca entraban: la dirección de la Campaña quedó descolocada y su base se unió con nosotras para sacar a patadas a las católicas. ¿Qué acordó para este año la dirección de la Campaña con el PCR? Ubicar los talleres de “Estrategias” a veinte cuadras de los de “Aborto” aunque siempre están en la misma escuela; dejarle la escuela de “Aborto” a la Iglesia poniendo de coordinadoras a las católicas y dejando entrar a la patota de hombres, y llevar a toda la base de la Campaña a los talleres de “Estrategias” (en los de Aborto no había una sola verde).

¿Qué ganaba con esto la dirección de la Campaña? Acaparar los únicos talleres que se podrían realizar sobre el tema, porque los de “Aborto” los invadiría la Iglesia, obligando a la izquierda, incluso a las que estábamos en los talleres de “Estrategias”, a correr a la escuela donde nuestras compañeras enfrentaban a una patota que entró rompiendo ventanas, golpeando a los que estaban en la puerta y echando gas pimienta.

¿Qué ganaban ambos, el PCR y la dirección de la Campaña? Retomar el control del Encuentro que casi perdieron en Tucumán, evitando el desborde de la base feminista independiente, que quedó separada de la izquierda y de la escuela donde entró la patota.

¿Cuál es la conclusión a la que quieren volver? La que rompe los Encuentros es la izquierda, “evidencia” que había quedado muy cuestionada para toda la base feminista que participó de los hechos de Tucumán.

¿Quién es el máximo ganador en este acuerdo de ambas fracciones de la burocracia feminista? El gobierno, ya que estas maniobras obturaron la posibilidad de que la izquierda y la base feminista acordaran en el Encuentro una marcha nacional unitaria por el aborto legal.

La siguiente cuestión es: ¿existía esa posibilidad en el marco de un evento al que sabemos organizado para impedir la coordinación y las resoluciones colectivas? Creemos que sí. Ya en el Encuentro del Oeste, y también en los talleres de Paraná, nos encontramos con muchas compañeras convencidas de que hay que movilizarse, de que este año es la gran oportunidad para lograr la legalización si unificamos al movimiento en la calle, y hasta compañeras de la Campaña que acordaban con nuestra propuesta de juntar los talleres de cada escuela al mediodía para coordinar una movilización en fecha cercana. Además, había una buena presencia de estudiantes de las facultades tomadas, a quienes ninguna burócrata podría convencer de que hacer una asamblea es un crimen de lesa humanidad. Había gente con la cual podíamos pelear en conjunto, desde abajo, desde los talleres, más allá de la izquierda organizada. Por eso nuestra política fue la de asambleas en cada escuela, hasta que no quedó más remedio que juntarnos todas en la escuela donde atacó la patota para sacarla de allí.

En los talleres de “Estrategias”, las dirigentes de la Campaña hablaban de hacer una marcha para el día en que el proyecto de legalización empezara a tratarse en el Congreso, lo que dejaba sin fecha a la marcha porque no se sabe cuándo se empieza a tratar. No poner fecha les deja margen de maniobra para no coordinar nada con ninguna otra corriente y para “avisar” de la marcha de la Campaña uno o dos días antes. Cualquier hijo de vecino sabe que así es imposible organizar una marcha nacional adonde vaya alguien que tenga que planificar sus actividades porque no vive de subsidios de la Academia española, pero eso no es lo que prefieren: quieren volver a hacer su marcha de veinte señoras con tal de que no se escuche una palabra contra el gobierno de Cristina, como hicieron el 28/9 mientras mil quinientos estudiantes se movilizaban a Plaza de Mayo por el aborto legal.

Las dirigentes de la Campaña que oficiaban de coordinadoras querían impedir hacer plenario de los talleres en la escuela, pero el momento en que se sacaron la careta totalmente fue el domingo a la tarde, luego del ataque de la patota. Propusimos que los talleres repudiaran a la Comisión Organizadora por haber entregado la escuela de Aborto a la Iglesia y sus matones. Se negaron. “No vamos e escribir eso”, decían. “¿Aunque el taller esté de acuerdo?”, replicábamos. “No lo escribimos y listo”, contestaban. ¿Y la autonomía de los talleres? ¿Y la horizontalidad? Parece que para invocar al espíritu del Encuentro vamos a tener que hacer el juego de la copa…

Barulleras & Cía., agentes de la nada

En el taller de activismo lésbico, nuestras compañeras tuvieron que debatir, increíblemente, con la idea de que el derecho al aborto no es parte de la “agenda” lésbica. El argumento de estas agrupaciones era que las lesbianas “se ponen la camiseta de las mujeres” pero el movimiento de mujeres “no se pone la de las lesbianas”. ¿Pero cómo? ¿Las lesbianas no son mujeres? ¿El derecho a decidir que se nos niega con la prohibición del aborto no es el mismo derecho a decidir con quién queremos hacer pareja? Estas compañeras dicen que no. Las lesbianas no son mujeres, habría “camisetas” separadas para cada una.

No sabemos si el matrimonio gay está o no en la agenda lésbica que siguen estas compañeras, pero el hecho es que su discurso de que las minorías sexuales se sacrifican por los derechos de las mujeres y después éstas las dejan en banda se da de cabeza con la realidad, primero porque muchísimas mujeres y hombres de todas las inclinaciones sexuales e ideas políticas nos movilizamos e hicimos nuestra la lucha por el matrimonio. Segundo, porque el matrimonio gay se logró, y el aborto legal está por conquistarse aún.

La lucha por justicia para Natalia Gaitán siempre estuvo en nuestra agenda. Que la burocracia feminista institucional no les dé bola a las lesbianas no es excusa para “vengarse” en todas las mujeres dejando fuera de agenda la legalización del aborto. Nos sorprende el sectarismo ciego de estas agrupaciones, que toman las necesidades de vida o muerte de las mujeres como si fueran insignias de uno u otro movimiento, que habría que negociar en un “toma y daca”.

Conclusiones

Las dirigentes de la Campaña han decidido esperar a que los K les otorguen (a ellas, sin izquierda, sin estudiantes, sin movimiento de mujeres) la legalización del aborto después del 2011. Han decidido que es más confiable el acuerdo por arriba con el gobierno que la situación política favorable creada por la reciente derrota de la Iglesia y las ganas con que se quedó la mayoría de la gente de propinarle otro golpe a esa banda de pedófilos que todo el mundo odia (menos el PCR). Han decidido que es mejor postergar la legalización para un futuro incierto en bien de apropiarse ellas de la legalización, si es que ocurre. Y ya sabemos: para apropiarse de una conquista, como hizo el gobierno con el matrimonio gay, lo mejor es que nadie esté en la calle, sólo estas señoras charlando con los diputados. Esto a pesar de las miles más que van a morir en el camino.

Lo peor es que no se trata de esperar a que Cristina haga su negocio con los votos progre para luego otorgar la legalización. No sabemos qué va a pasar con el clima político de aquí al 2011. ¿Quién garantiza que las cosas van a ir a favor, que el gobierno va a seguir posando de progre, que la derecha no va a retomar el terreno perdido? ¿Dónde se creen que vivimos: en la Europa del estado de bienestar? En nuestros países es un triunfo enorme haber hecho retroceder a la Iglesia como lo hicimos acá, y eso no va a ser para siempre: ninguna situación política es estable, y si no avanzamos vamos a retroceder.

Desbordemos en las calles a la burocracia feminista

En la asamblea que realizamos varias organizaciones de izquierda en Paraná participó María Inés Jiménez, dirigente de la Asociación de Judiciales de Morón, opositora a la burocracia de la CTA. La compañera dijo: “El Encuentro de Mujeres nos cambia a todas las que participamos; y este año ese cambio tiene que ser la capacidad de coordinar un plan de lucha por el aborto legal”. Las palabras de María Inés sintetizan el sentimiento de muchas compañeras que vienen asistiendo a los Encuentros y los consideran muy valiosos, y que hoy concluyen en que hay que dar un paso más y unir al movimiento de mujeres para luchar en las calles. El balance de Paraná tiene una sola conclusión: la pelea por la legalización del aborto tiene que salir de abajo, de las estudiantes, las trabajadoras, las militantes políticas y sociales sin compromisos con el gobierno ni con la oposición de derecha. Las que quieren apropiarse de sus cuerpos, no de los triunfos populares. Las que quieren controlar su maternidad, no los Encuentros de Mujeres.

Contra el pacto del gobierno y la Iglesia para impedir el derecho al aborto en la Argentina, contra el pacto de sus agentes en el movimiento de mujeres:

• ¡Todas a la marcha del 20/10 al Congreso por el aborto legal!

• ¡Todas al Congreso el día que se trate en comisiones!

• ¡Basta de muertas por abortos clandestinos ya!

Debates XXV Encuentro Nacional de Mujeres

Socialismo o Barbarie, periódico Nº 187, 15/10/10

Los debates en el encuentro

La batalla roja en Paraná

Por Inés Xadun
Agrupación Las Rojas

El ENM de Paraná era una oportunidad para que el movimiento de mujeres se pusiera de pie con un plan de lucha por el derecho al aborto, porque este año la Iglesia venía golpeada luego de la derrota que sufrieron con la aprobación del matrimonio igualitario, y este mismo hecho había instalado en la sociedad y en los medios de comunicación el debate sobre el aborto.

Solapado por arriba y más abiertamente por abajo, en boca de sus militantes, el discurso del gobierno frente a esto es: vamos a dar el aborto legal, pero después de las elecciones de 2011. Con esto quieren convencer al movimiento de mujeres de dos cosas: la primera, que no hace falta luchar, sino sólo esperar; la segunda, que hay que votar a Cristina. ¿Cuál fue la excusa para no legalizarlo en estos siete años? La Iglesia. Y esa excusa les tambalea desde que la legalización del matrimonio gay probó que la Iglesia ya no decide sobre estas cosas. Por eso estamos en inmejorables condiciones para lograr la legalización del aborto ya.

Sin embargo, para este Encuentro se puso en marcha un acuerdo reaccionario entre la Comisión Organizadora (dirigida por el PCR) y la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto, que consistió en separar las escuelas donde funcionan los talleres de “Anticoncepción y Aborto” y los de “Estrategias para la legalización” (ver artículo anterior), y abrirle las puertas de par en par a la Iglesia para copar la escuela donde se debatía aborto y que la discusión se transformara en una batalla para echar nuevamente a la Iglesia del Encuentro. En Tucumán habíamos dado ya este paso y este año podríamos haber partido de esa base superior, si la Comisión Organizadora hubiera garantizado Escuela de aborto libre de Iglesia. Pero no, prefirieron que la izquierda haga el trabajo sucio de echar a la Iglesia, mientras el resto del Encuentro transcurría como si nada ocurriera.

Las Rojas fuimos con una política muy clara: intentar que en la escuela de Aborto y en la de Estrategias se hiciera un plenario de todos los talleres, sin la Iglesia, para discutir cómo avanzamos las que estamos de acuerdo en luchar por conquistar la legalización y cómo construimos una agenda común para salir a las calles a exigir que se apruebe la ley.

La pelea en los talleres

En los talleres del día sábado dimos esa batalla y muchas compañeras independientes estuvieron de acuerdo en hacerlo. Las militantes de la Iglesia impedían el verdadero debate, llevándonos a discutir (en pleno siglo XXI) aborto sí, aborto no. La indignación crecía, pero era difícil porque la mayoría de las coordinadoras de los talleres y las militantes del PCR defendían que la Iglesia estuviera presente con el argumento de que “todas somos mujeres”. A pesar de esto, de varios talleres salió la propuesta de que el domingo nos juntáramos en un plenario las que estamos a favor de pelear por el derecho al aborto (sin la Iglesia, por supuesto) para discutir entre todas qué pasos podíamos coordinar en común para volver a nuestros lugares con alguna propuesta unificada.

El domingo los ánimos estaban más caldeados: muchas compañeras que era la primera vez que iban al Encuentro habían salido muy calientes de los talleres, porque sentían que había sido estéril, que había sido como estar en una cápsula del tiempo discutiendo con la Inquisición. Pero esa mañana, hubo que hacer lo que había que hacer, lo que la Comisión Organizadora se negó a garantizar: sacar a la Iglesia cuando los patoteros intentaron entrar a la Escuela, golpeando y tirando gas pimienta a las mujeres que estaban en la puerta. ¡Las mujeres no sólo resistimos sino que las sacamos a patadas! Mientras tanto los talleres ya no podían funcionar como si nada. Las compañeras de los talleres nos empezamos a organizar y fuimos sacando a la Iglesia de cada taller y de la Escuela, una por una. Y esto a pesar de que la Comisión Organizadora y las militantes del PCR las defendían.

Una vez que sacamos a la Iglesia, se podía hacer el plenario en la escuela. Pero otro hecho impidió que se hiciera. Las compañeras del Plenario de Trabajadoras (PO) tenían programada una actividad propia por el aborto legal en una plaza para el mediodía del domingo, y priorizaron la invitación a esa actividad en lugar de sumarse con todo a tratar de sacar asambleas en las escuelas. De más está decir que la diferencia no es de lugar, si en la plaza o en la escuela. Pasa que el lugar adonde realmente podía salir una asamblea donde participaran las mujeres independientes era la escuela, ya que lo de la plaza, aunque el PO lo llamaba “asamblea” era una actividad del PO a la que luego se sumó el PTS. Las compañeras del PO tuvieron la suficiente comprensión para darse cuenta que no era contradictorio hacer un plenario en las escuelas y luego ver de unificar en la plaza, pero el PTS y su agrupación Pan y Rosas se opuso tozudamente a la posición de Las Rojas de que se hicieran plenarios en las escuelas y que las decisiones salieran de la base que participó en los talleres. Y el domingo lo impidieron abiertamente, saliendo primeras y rapidito de la escuela hacia la plaza. El PO decidió seguirlas en vez de quedarse a pelear la asamblea en la escuela con nosotras, clausurando así la posibilidad de realizarla.

Hacer una asamblea en una plaza hubiera sido muy útil si la dirección de la FUBA hubiera tenido la política de unir allí a las cientos de compañeras de la Universidad, que habían llegado con la fuerza del estudiantazo, de las tomas y asambleas de colegios y facultades, a los talleres de aborto y estrategias. Pero La Mella se negó a impulsar ningún plan de lucha en el Encuentro, y el PO priorizó su acuerdo por arriba con La Mella. Entonces, cada corriente se dedicó a hacer su propio negocio de aparato: cada una llevaba a sus contactos a sus propias actividades paralelas, en lugar de ayudar a que se tendiera un puente entre las jóvenes luchadoras del estudiantazo y las miles de mujeres de todo el país para dar la batalla por el plan de lucha. Si a la asamblea la convocaba el movimiento estudiantil con sus organismos en lugar de los partidos de izquierda, seguramente hubiera sido más fácil convocar a las demás participantes del Encuentro, en vez de hacerle el juego a la burocracia feminista en su esfuerzo por separar a su base de la izquierda.

Fuimos igual a la asamblea de la Plaza 1º de Mayo porque estamos convencidas de que toda confluencia es importante si sirve para impulsar acciones comunes para luchar por la legalización. Y a esa altura, cuando estaba clarísimo el acuerdo entre la comisión organizadora-PCR y la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto para que no saliera ningún plan de lucha unificado, era importante que en alguna instancia del Encuentro se sentara una posición: luchemos ahora, no nos comamos el verso de que en algún siglo venidero el kirchnerismo va a romper su pacto con El Vaticano y va a dar el derecho al aborto; que se vea el movimiento de mujeres en las calles, para que el aborto legal deje de ser una consigna y se transforme en realidad.

Propuestas para continuar la lucha

En esta asamblea se denunció la responsabilidad del gobierno de Cristina por las muertes por aborto clandestino, nos pronunciamos por la separación de la Iglesia y el Estado y se votaron dos propuestas muy importantes: impulsar movilizaciones en todos los centros políticos del país para el 20 de octubre para exigir la legalización. Y movilizarnos el día que se empiece a discutir en el Parlamento la ley de aborto, para que se apruebe. La Iglesia católica ya avisó: está conformando redes de militantes anti aborto, pro muerte de mujeres por aborto clandestino, y va a realizar movilizaciones contra la ley. El gobierno las va a usar de excusa para dilatar y dilatar y dilatar la cuestión. Las mujeres, jóvenes y trabajadoras tenemos que empezar a organizar la movilización del 20 y preparar en todas partes la movilización al Congreso el día que se debata la ley.

• Para que en todas partes se vea: por el derecho al aborto, libre, legal, seguro y gratuito

• 20 de octubre: todas a Congreso

• El día del debate en el parlamento: todas a Congreso